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En Daybreak, el nuevo juego cooperativo de los creadores de Pandemic sobre el cambio climático, construiréis las más alucinantes tecnologías y moldearéis sociedades para que puedan resistir a un planeta que se sobrecalienta.
Durante la partida jugarás cartas en pilas, prepararás poderosas combinaciones y elaborarás estrategias junto con tu grupo de juego para lograr descarbonizar la sociedad. Y como Daybreak es 100 % cooperativo, ¡ganáis o perdéis en equipo!
Cada participante asume el rol de una potencia mundial: China, Europa, Estados Unidos y Resto del mundo. Todas las potencias mundiales tienen un objetivo común: frenar el cambio climático reduciendo las emisiones de carbono antes de que haga demasiado calor o que un número determinado de comunidades entren en crisis.
¿Y cómo vamos a llevar la cuenta de todas esas emisiones de carbono? Muy sencillo: al comienzo de la partida todas las potencias mundiales generan enormes cantidades de cubitos de carbono provenientes de fichas de energía sucia, aunque afortunadamente la partida empieza con un número determinado de fichas de árbol y las fichas de océano absorberán algunos de esos cubitos de carbono y evitarán sus efectos negativos para que los primeros turnos no se nos complique demasiado la cosa.
No obstante, árboles y océanos pueden ayudarnos cubitos de más irán directos al termómetro que registra el aumento de la temperatura global. En el momento en el que el termómetro reciba su octava banda térmica, todo el mundo pierde.
Daybreak no nos va a poner las cosas nada fáciles: cada banda térmica que obtengáis deberéis lanzar el dado de efectos planetarios. Ese dado representa los puntos de inflexión ecológicos críticos a los que puede llegar el planeta y hace que la partida sea más desafiante. Además, cuanto más aumente la temperatura, más cartas de crisis deberéis robar. Las cartas de crisis reflejan los diversos impactos que el cambio climático provoca en el planeta.
Como no podía ser de otra forma en un juego sobre el cambio climático, el contenido de Daybreak está fabricado con componentes sostenibles y sin plástico, con cientos de ilustraciones originales que retratan un planeta detallado en el que todo el mundo podrá no solo sobrevivir, sino prosperar.