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La caída de Delta Green | 16 agosto, 2021 | Edge Studio

La llamada de Chicago: Entresacando de los restos del accidente de un ovni

OVNIs y Mitos, la mezcla perfecta para La Caída de Delta Green

Por Kenneth Hite.

Kenneth es autor de los juegos de rol La caída de Delta Green, El rastro de Cthulhu y Agentes de la noche y vive en Chicago.

29 de mayo: El Real Ejército de Nepal le proporciona tres objetos a [CENSURADO] y le dice a [CENSURADO] que un cono de nariz completo (un cuarto objeto) existe pero no puede ser visto. 

— Informe de la oficina del Agregado militar de la Embajada de EE.UU. en Nepal, 23 de julio de 1968.

Durante la noche del 25 de marzo de 1968, algo desconocido y procedente del espacio exterior se estrelló en Nepal. Se notificó al Proyecto MOON DUST, que se hizo cargo de tres de las cuatro piezas de restos encontrados en el lugar de la colisión. La última pieza, un objeto con forma de cono o platillo, no fue recuperada. Esa es la verdad sobre lo que sucedió. 

Si el gobierno de EE.UU. tan solo tuviera la más básica cortesía de mantener sus asuntos clasificados como secreto en lugar de andar repartiendo documentos a cada Tom, Dick y Harry que pida cualquier cosa con una solicitud de Ley por la Libertad de la Información norteamericana en ristre, podríamos fantasear sobre ese fragmento recuperado de origen ovni. Aunque, siendo totalmente precisos, sí que podemos. La mayoría de la gente, incluso la mayoría de los fans de los ovnis, no saben mucho de todo este asunto, ya que los detalles que hay se encuentran dispersos, escondidos en medio de largos y aburridos documentos PDF mal escaneados en lugar de ser algo que encuentres explicado con todo detalle en un estrambótico artículo de algún medio eliptónico (hasta ahora). Si tienes en tu grupo al tipo de jugadores que han recopilado una docena de páginas desclasificadas sobre el “Kathmandu UFO Crash”, que es como se conoce normalmente este suceso, casi seguro que no te echarán en cara que te pongas a incluir en las partidas cualquier cosa maravillosa que te inventes sobre este asunto.

Incluso el “Dosier informativo” de la CIA sobre el incidente, clasificado como confidencial el 11 de abril de 1968 y desclasificado probablemente en torno a 2009, todavía conserva ese maravilloso potencial. Tras situarlo en el contexto de la presunta actividad china a lo largo de la frontera del Himalaya entre el Tíbet y Nepal, el informe no solo incluye una foto del ufólogo Donald Keyhoe, sino también detalles de otros tres avistamientos de ovnis en la zona: de un ovni largo, delgado y muy brillante en el noreste de Nepal y Sikkim el 19 de febrero; de una luz azul sobre Bhután el 21 de febrero y de una luz blanca y una luz roja sobre la región fronteriza de Ladakh en Cachemira el 4 de marzo. La luz azul además volvió el 25 de marzo, la noche del accidente, y pasó zumbando sobre la región de Ladakh. Todos estos ovnis volaron desde el noreste (Tíbet) en dirección suroeste hasta el lugar del accidente.

Pero sí, volvamos al suceso en cuestión. En el informe de la CIA literalmente se dice: “Un objeto centelleante, que se iluminaba y apagaba de forma intermitente y venía acompañado de un gran sonido, como de trueno, se desintegró totalmente al colisionar en la región de Kaski. Se pudo localizar un enorme objeto metálico en forma de disco con una base de en torno a 1,80 m y 1,2 m de altura en un cráter en Baltichaur a 8 Km al noreste de Pokhara. También se encontraron porciones de un objeto similar en Talakot y Turepasal”. Bastante interesante, ¿no? La CIA informa de un accidente de un ovni en el Himalaya, los Hombres de negro entran en acción, recuperan los restos y se dirigen al Área 51 o al Hangar 18.

Lamentablemente, otros informes de la Agencia de Inteligencia de la Defensa sobre el mismo incidente (del 23 y del 30 de julio de 1968), que también han sido ya desclasificados, se explayan con detalles burocráticos verdaderamente mortificantes. Dado que el realismo cotidiano es clave para el horror lovecraftiano, yo también lo haré. Según el Agregado militar de la Embajada de EE.UU. en Katmandú, el Real Ejército de Nepal no dijo ni palabra sobre el incidente durante todo un mes para finalmente acabar mostrando “dos objetos” a dicho Agregado militar el 23 de abril y proporcionando a la Agencia de Inteligencia de la Defensa el 20 de mayo fotos de los restos y del lugar del accidente.

El 29 de mayo el Proyecto MOON DUST hace acto de presencia y, de hecho, el informe de la Agencia de Inteligencia de la Defensa se presenta con el visto bueno de MOON DUST, de manera que el fechado en 30 de julio incluso menciona que se informa al Embajador “sobre la situación MOON DUST”. Por su parte el Agregado militar hace entrega de “tres objetos” a alguna persona cuya identidad ha sido censurada en el informe desclasificado. Dos semanas después de eso, [CENSURADO] levanta el culo y visita el lugar del accidente, a 8 Km al noreste de la ciudad de Pokhara, y pasa diez días allí (del 15 al 25 de junio). El informe final describe los objetos con cierto detalle e incluso incluye bocetos (mal reproducidos en los documentos desclasificados): el objeto con “forma de disco” tiene unos 38 cm de ancho, no 1,80 m. El “cono de nariz” es probablemente una pieza de un motor en forma de boquilla; el informe recomienda que “no, repito, no” se envíe un equipo técnico “a menos que el examen visual del cuarto objeto haga que sea considerado imprescindible”. Para acabar de rematarlo todo, el Ministerio de Defensa británico (cuyo propio agregado militar andaba metiendo las narices y que tal vez consiguiera sus propios restos para examinarlos) afirmó que los restos indicaban que se trataba del fallido satélite espía Cosmos 208 que los soviéticos habían lanzado el 21 de marzo.

“Yo, por supuesto, soy uno de los hombres que se ha aliado con los seres exteriores que visitan nuestro planeta. Me encontré con ellos, por primera vez, en el Himalaya y les he ayudado de varias formas. Como recompensa me han dado experiencias como pocos hombres han tenido…”

— H.P. Lovecraft, El que susurra en la oscuridad.

De modo que, ¿con qué nos podemos quedar de lo que nos llega de esta hermosa historia? ¿Cómo podemos aprovechar algo para una operación de La caída de Delta Green? Para empezar, hay mucho margen para situar esa operación en la secuencia oficial de acontecimientos. ¡Tened en cuenta que la Agencia de Inteligencia de la Defensa ni siquiera sabe nada del suceso (oficialmente) durante todo un mes y la CIA (asumiendo que uno de ellos es el [CENSURADO]) no aparece durante casi tres meses! Todo ese tiempo nos lo dejan a la imaginación para juegos de rol.

En segundo lugar, hay algo de lo que me he dado cuenta. Cuanta más información tengas sobre un tema, más extrañas inconsistencias puedes encontrar en esa información. Seguramente no hay un momento histórico mejor documentado o más analizado que lo que ocurrió en la plaza Dealey de Dallas entre las 12:15h y las 12:35h del 22 de noviembre de 1963 y habría para llenar literalmente bibliotecas enteras con libros que versan sobre las inconsistencias de esos documentos y de todo ese escrutinio. Tan solo unas quince tristes páginas no deberían complicarnos tanto las cosas. De modo que atentos a las extrañas anomalías: ¿son tres o son cuatro los objetos que fueron encontrados? ¿Por qué la CIA enumera dos lugares que no existen (“Baltichaur” y “Turepasal”) en su lista de lugares donde se encontraron restos de la colisión, como si tratara de una especie de Juan de Mandeville de la era espacial? ¿De dónde salieron los británicos? ¿Alguien le dio a los nepaleses una réplica en lugar de devolver los verdaderos objetos encontrados? ¿Cómo es posible que ese disco se encogiera de 1,80 m a 38 cm? (Inserte su propio chiste de “hacía frío” aquí). ¿Qué hay de todos esos otros ovnis? ¿Por qué los nepaleses insistieron en que el “cono de nariz” no podía ser visto y luego dejaron que la CIA (o quien sea) fuese a examinarlo? ¿O lo que querían decir es que era invisible? ¿Camuflado? ¿Infradimensional?

En tercer lugar, claramente podemos revisar el lugar, Pokhara. En 1968 ni siquiera había una carretera asfaltada que condujera hasta allí desde el exterior, aunque sí había muchos refugiados tibetanos que huían de Mao. Es destino de peregrinaciones (y antes de Mao era un lugar del Tibet donde recalaban caravanas), lleno de templos hindúes, budistas y mixtos que se remontan a la época medieval. Está a menos de 50 Km de la cordillera de los Annapurnas y de la base de la CIA de apoyo a los rebeldes tibetanos justo al otro lado de la cresta, en Mustang. También está lleno de cuevas horadadas en roca porosa cerca de un gran lago brillante, con la Patale Chango (Cascada del inframundo) justo al sur. En otras palabras, idóneo para guardar secretos de Yuggoth, de Agarti o de ambos.

Por último, está la burocracia de la Agencia de Inteligencia de la Defensa que apesta a un intento de encubrirlo todo. La extraña insistencia de “no, repito, no” enviar a los técnicos. El afán de hacer ver que los restos encontrados eran de poco interés. Y las encantadoras palabras finales del informe del 30 de julio de la Agencia de Inteligencia de la Defensa, explicando que el Embajador expresó su “deseo de que demos al Gobierno de Nepal información positiva si es posible”. Bueno, esa es nuestra misión aquí: dar información positiva sobre accidentes de ovnis, metal macrodimensional Mi-Go y [CENSURADO].