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Klink es un juego de cartas muy traicionero, pero sobre todo fácil de aprender y más rápido de jugar. En esta nueva propuesta de Rebel con diseño de Darrell Cannon y arte de Damian Sytta tendremos que coger dos cartas, decidir si queremos quedárnoslas o pasárselas a otro jugador para, al final de la ronda, conseguir la puntuación más baja.
Tu objetivo en Klink es conseguir la menor puntuación posible para ganar la ronda. Si ganas suficientes rondas, ¡ganarás el juego!
El mazo se compone de cartas que van de -5 a 10. En un turno, coge dos cartas del mazo, mira una de ellas y decide si te las quedas o se las ofreces a otro jugador; si se las ofreces, ese jugador puede mirar una carta de su elección y luego quedarse con las cartas u ofrecérselas a otro. Si se las ofrece al último jugador, éste debe quedárselas. Quien se quede con las cartas pasa al siguiente turno.
Cuando un jugador tiene diez cartas delante, la ronda termina, y todos revelan sus cartas. Si tienes dos cartas del mismo valor, se anulan mutuamente y, como dijimos un poco más arriba, quien tenga la puntuación más baja gana la ronda.
Klink es un juego sencillo y muy accesible al que podrás empezar en menos de tres minutos. Cada turno está repleto de dinamismo, decisiones arriesgadas y mucha interacción, lo que garantiza una experiencia inolvidable para jugadores de todas las edades, que permanecerán en vilo durante toda la partida mientras intentan boicotear a sus oponentes.