Le Havre | 15 noviembre, 2022 | Lookout Games
Le Havre, también conocida como El Havre en español, es una ciudad francesa que alberga el puerto más grande del país después de Marsella. Pero la ciudad no es solo conocida por su tamaño, sino por su muy particular nombre. El vocablo holandés “havre”, que viene a significar “puerto”, fue adoptada por el idioma francés ya en el siglo XII, aunque en la actualidad se considera un arcaísmo y en su lugar se usa “le port”.
Por su parte, Le Havre, el nuevo juego del genial Uwe Rosenberg que lleva el mismo nombre y que hoy os presentamos presume ante todo de unas mecánicas bien sencillas. El turno del jugador consiste en dos partes bien diferenciadas: en primer lugar tendremos que distribuir las mercancías que acabamos de recibir entre las casillas de oferta para después realizar una de las acciones disponibles.
Estas acciones pueden llevarnos a elegir entre tomar todas las mercancías de un tipo a una casilla de oferta o bien usar uno de los edificios disponibles para beneficiarnos de sus capacidades especiales. Las acciones de edificio nos permitirán, por ejemplo, procesar nuestras mercancías, venderlas al mejor postor o incluso usarlas para construir nuestros propios edificios y barcos.
Los edificios en Le Havre son, pues, una magnífica oportunidad de inversión, pero también una fuente de ingresos dado que siempre tendremos que pagar un precio de entrada para poder usar los edificios que no nos pertenecen. Los barcos, en cambio, se usan sobre todo para proporcionar a los trabajadores la alimentación necesaria para que sigan desempeñando su tarea.
Una vez que hayan transcurrido siete turnos, la ronda termina y es en ese momento que los jugadores aumentaremos nuestras reservas de grano y ganado gracias a la cosecha, por lo que deberemos alimentar a nuestros trabajadores como hemos indicado un poco más arriba.
Tras un número de rondas fijado previamente, los jugadores añadiremos los valores de nuestros edificios y barcos a nuestras reservas de dinero en efectivo y, como es habitual, el jugador que haya conseguido amasar la mayor fortuna será el que se alce con la victoria.
Le Havre nos devuelve al Uwe Rosenberg más inventivo en un título que no solo nos transporta a un lugar y a un momento muy concretos que añaden toneladas de color a unas mecánicas que, como siempre, funcionan como un tiro y que prometen horas y horas de diversión y cuidadosa estrategia.