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Ankh: Dioses de Egipto | 5 julio, 2021 | CMON

El poder de un dios

¿Conoces al panteón egipicio y sus poderes en Ankh?

Una de las características de Ankh: Dioses de Egipto que mejor lo distingue de sus predecesores en la saga formada por Blood Rage y Rising Sun es el alto nivel de asimetría que ofrece. La presencia o ausencia de un dios durante una partida cambia enormemente tanto la experiencia de juego como la estrategia que debe aplicarse debido a que los jugadores representan a los propios dioses y sus poderes. Pero echemos un vistazo más en detalle a qué dioses están incluidos y cómo se representan estos poderes en el juego.

Primero tenemos a Anubis, dios de las tumbas, embalsamamiento y el Inframundo. Morir era una parte central de la mitología egipcia si tenemos en cuenta las elaboradas momias, pirámides y ritos funerarios que los distinguen como civilización. Los egipcios hicieron grandes esfuerzos para asegurar el bienestar de las almas después de la muerte y por eso en el contexto de Ankh: Dioses de Egipto el poder de Anubis se basa en atrapar a los Guerreros muertos de otros dioses en su inframundo. Cada guerrero atrapado lo hace más poderoso y la única forma de recuperarlo es pagarle a Anubis con Seguidores, lo que también va aumentar su poder de diversas formas. Es una negociación difícil y algo que los jugadores deben tener muy en cuenta al participar en una batalla no solo con Anubis, sino con cualquier otro dios.

Luego tenemos a Ra, el poderoso Dios Sol, un Dios Creador, dador de vida. Su poder en el juego es muy diferente al de Anubis: al convocar una figura al tablero, ya sea un guerrero o un guardián, puede elegir asignarle una de las fichas de sol. Al hacer que la figura sea radiante, Ra gana más devoción cuando gana conflictos con ella y si no se mantiene bajo control esta habilidad puede hacer que los jugadores de Ra ganen muy rápidamente cualquier partida.

Osiris e Isis eran hermanos y al mismo tiempo marido y mujer. Juntos fueron protagonistas de uno de los mitos egipcios más conocidos: Osiris fue un faraón primitivo, asesinado por su hermano Set, quien usurpó el trono. Luego, el cuerpo de Osiris fue desmembrado y esparcido por Egipto, pero Isis recuperó los fragmentos, restauró su cuerpo y lo devolvió brevemente a la vida. Osiris se convirtió en la primera momia y continúa viviendo en el misterioso Reino de los Muertos.

La traición de Osiris por parte de su hermano está representada de una manera muy interesante: cuando Osiris pierde una batalla, puede abrir un portal del inframundo en la región en el que los enemigos no pueden entrar, pero que le permite convocar aliados adicionales. Por eso perder podría llegar a ser ventajoso para el jugador de Osiris en Ankh: Dioses de Egipto, ya que puede volver más fuerte después.

Isis es la mejor protegiendo a sus aliados en el juego. Sus figuras adyacentes a las figuras enemigas están protegidas y no se pueden matar, así que los jugadores enemigos harán bien en mantenerse a distancia de los protegidos por esta diosa.

Finalmente, tenemos a Amun, un dios misterioso y de muchos rostros que asumió muchos roles durante las diferentes épocas egipcias. Primero, era Dios del Viento y deidad patrona de Tebas, una ciudad en el sur de Egipto. Más tarde, se convirtió en la deidad nacional del Sol y Rey de los Dioses, llevando a Egipto a un período de virtual monoteísmo. Su naturaleza misteriosa está representada en el juego por tener un poder más flexible. Al luchar, Amun puede jugar dos cartas en lugar de una y resolver ambas, sumando bonificaciones adicionales. Las batallas contra Amun son impredecibles y pueden ser muy difíciles de ganar.

Y estos son los dioses presentes en la caja básica de Ankh: Dioses de Egipto. En una era en la que Egipto está realizando la transición del politeísmo al monoteísmo, los dioses lucharán por ser los últimos en pie. Algunos ascenderán sobre sus hermanos, otros caerán … y algunos se fusionarán formando nuevas entidades divinas. ¿Cuáles resistirán el paso del tiempo?