En lo más profundo del bosque, donde ningún humano ha puesto jamás el pie, viven las hadas de Fairy Ring. Bailando de seta en seta, construyen sus aldeas y visitan a sus vecinos mientras recogen el maná necesario para pasar el invierno… ¡Y hoy te vamos a enseñar cómo lo hacen!
En Fairy Ring, tendrás que conseguir puntos robando cartas y añadiéndolas a tu tablero. Hay 6 tipos de cartas, cada una representando una seta diferente, que no sólo ofrecen una variedad de opciones de puntuación, sino que también permiten a tu hada moverse por el anillo de cartas jugadas en la mesa.
La carta de seta en la que acabe tu hada se activa. Si es en tu propia aldea, sólo tú obtienes esos puntos, pero si terminas tu turno en la aldea de un vecino, éste también puede puntuar su carta. ¡Es como un peaje!
Todos los jugadores elegirán su carta juntos, pero sólo se revelarán en sus respectivos turnos, de forma que no siempre podrás predecir que harán tus harán. Es esta mezcla de planificación y adivinación es lo que añade diversión y frustración al juego. A menos que seas el primer jugador, no puedes estar seguro de que los demás no vayan a hacerte aterrizar en un lugar inesperado.
Las cartas multiusos añaden decisiones muy interesantes al juego: puedes querer coger una carta para puntuar, pero también debes de tener cuidado con dónde llevará a tu hada. Deberás de tener esto en cuenta para maximizar los puntos que ganas sin otorgar ventaja a los demás.
Fairy Ring es muy bonito y fácil de aprender, pero como puedes ver… ¡también tiene mucha miga! Cada turno es impredecible y sorprendente, y la interacción que consigues cuando otros jugadores cambian su aldea justo antes de que sea tu turno te mantiene alerta. ¡Ahora es tu turno! ¿Tendrás la bendición de tus hadas?