La Llamada de Cthulhu | 16 julio, 2021 | Edge Studio
Brincaban de manera irregular, unas veces erguidos y otras veces a cuatro patas. Su voz era una especie de aullido o graznido […] un lenguaje con todos los matices de expresión que les faltaban a sus semblantes impasibles.
– H.P. Lovecraft
¿A quién no le gusta un buen monstruo? Vale, sí, a aquellos que tienen la mala suerte de cruzarse con uno en cine, la literatura o, sin ir más lejos, en alguna de nuestras partidas de rol, pero al resto nos encantan. Los buenos monstruos (y también los malos, para qué engañarnos) nos producen una fascinación irresistible, a veces por lo torturado de sus orígenes y a veces por su maldad pura y sin adulterar. Y si juegas a La llamada de Cthulhu, tienes a tu disposición la inagotable de conocimiento de los Mitos que es La Guía de Campo de Horrores Lovecraftianos de Sandy Petersen.
Y en este contexto, hay uno de ellos que es casi imprescindible en cualquier campaña. ¿Quién no se ha enrentado alguna vez a… los profundos?
La guía nos dice lo siguiente: “Los Profundos son seres que viven en el océano y se asemejan vagamente a un híbrido entre un pez y una rana. Tienen branquias, pero también pueden respirar aire y sobrevivir fuera del agua indefinidamente. Por lo general son de un color verde azulado con el vientre pálido. En tierra, pueden caminar con las cuatro extremidades o solo con las patas traseras. De cerca se puede notar que los profundos emiten un nauseabundo hedor a pescado.”
La Guía de Campo de Horrores Lovecraftianos de Sandy Petersen no deja sin cubrir uno de los aspectos clásicos más aterradores de estos monstruos: “Cuando un profundo se aparea con una criatura de otra especie, la descendencia híbrida al principio se parece a un miembro común de la especie no profunda, pero se va degenerando, convirtiéndose interna y externamente en un profundo hasta que, con el tiempo, esta descendencia experimenta el cambio y (si vive en tierra) regresa al mar para ocupar su lugar en la sociedad submarina. Se sabe que los profundos se han reproducido con éxito con humanos y delfines, aunque la metamorfosis toma más tiempo en estos últimos, probablemente porque las estructuras oseas son muy diferentes.”
Los Profundos se han convertido por derecho propio en uno de los monstruos más utilizados en las partidas de La Llamada de Cthulhu y, además de personificar algunas de las más conocidas obsesiones de Lovecraft, siguen siendo uno de los recursos más socorridos cuando necesitamos llevar a nuestros investigadores al típico pueblo de calles embarradas donde todo el mundo huele a bacalao y mira mal a los recién llegados.
Pero que esto no debería constituir un obstáculo para seguir empleándolos en nuestros misterios: De acuerdo, todos sabemos lo que va a pasar si visitamos Innsmouth, pero como decía el maestro Alfred Hitchcock, incluso la más rutinaria de las situaciones se vuelve interesante si avisas al espectador de que hay una bomba a punto de explotar bajo la mesa.
Por eso, y para rematar este pequeño homenaje a uno de nuestros monstruos favoritos de todos los tiempos, queremos ofrecerte tres semillas de aventura donde son absolutos protagonistas:
Uno de los mayores misterios que rodean a la Isla de Pascua, además del significado de sus gigantescas estatuas, es el del origen y posterior desaparición de sus primeros habitantes. Teniendo en cuenta que estamos hablando de la isla más aislada del planeta, no parece sencillo que cualquiera pudiera llegar allí en las embarcaciones de la época… A no ser que lo hicieran nadando. Es más, una de las teorías (aunque quizá no la más científica, eso está claro) convertiría a estos primeros habitantes en supervivientes de la mítica Atlántida. Y el que dice la Atlántida dice una de las ciudades submarinas de los Profundos, ¿así que por qué no trasladar a unos investigadores hasta allí a ver qué descubren? O mejor, ¿por qué no jugar una especie de Apocalypto en la Isla de Pascua con personajes nativos que sean testigos del fin de su civilización a causa de la llegada de una serie de visitantes de las profundidades?
Una de las cosas más divertidas de enfrentarse a un Profundo en La Llamada de Cthulhu es que, a diferencia de otras criaturas de los Mitos, es posible acabar con ellos con relativa seguridad. Un buen armamento sumado a la fuerza de un grupo bien cohesionado puede ser suficiente, tiradas de Cordura mediante, para acabar con uno e incluso con varios de ellos… A no ser, claro, que carezcamos de ese armamento y el maldito bicho se dedique a acecharnos esperando que nos quedemos a solas.
Esa es básicamente la premisa de Alien, ¿pero por qué no trasladarla a los años 30? Ya, ya sabemos que en los años 30 no había naves espaciales… Pero había barcos. Y bajo los barcos hay agua. Y en el agua hay… Ya sabes. Es más, La Guía de Campo de Horrores Lovecraftianos de Sandy Petersen establece claramente que los Profundos pueden hibridarse casi con cualquier especie, así que por qué no sorprender a tus incautos investigadores con un híbrido de Profundo y, digamos, un tiburón? Una criatura inteligente y con impulsos asesinos capaz de colarse por cualquier resquicio y con la inteligencia suficiente como para acorralar a cada una de sus presas cuando menos se lo espera. Es más, cambia al androide camuflado como un miembro más de la tripulación por un cultista de incógnito empeñado en invocar a su Dios y ya tienes varias horas de diversión y sustos por delante.
En ocasiones una buena historia de terror no tiene tanto que ver con lo que sucede como con a quién le sucede, ¿así que por qué no cambiar a los investigadores de toda la vida por un grupo de ecologistas organizados? Obviamente estamos hablando de una ambientación actual, pero imagina las posibilidades: Aunque haya algún científico, ninguno de ellos estará versado en los conocimientos arcanos que suelen dar una ventaja a los investigadores de toda la vida. Podrían ser llamados a una remota localización costera en la que el nivel de las aguas ha subido más de lo normal pensando que la culpa de todo la tiene el cambio climático cuando en realidad podríamos estar hablando del ascenso de una ciudad de los Profundos. ¿Cómo se enfrentarán un puñado de idealistas a una amenaza de esas características? Es más, ¿y si al final deciden que la Tierra tal vez estaría mejor si dejamos que los Profundos hagan de las suyas?
Son muchas las posibilidades que a nivel narrativo siguen ofreciendo los Profundos, pero también el resto de monstruos que encontraremos en La Guía de Campo de Horrores Lovecraftianos de Sandy Petersen, todos ellos acompañados de algunas de las más terroríficas representaciones artísticas que jamás se hayan hecho de ellos, por lo que si este pequeño homenaje a monstruos acuáticos más terroríficos del mundo con permiso de la Criatura de la Laguna Negra te ha resultado útil te recomendamos encarecidamente que le eches un vistazo.