En Skyrim: el juego de aventuras, los jugadores encarnan a heroicos aventureros de Skyrim que pertenecen a una organización conocida como los Cuchillas. Durante el transcurso de la campaña protagonizarán una emocionante historia de conspiraciones, guerra e intrigas, en la que sus actos y decisiones causarán un impacto duradero en el mundo que les rodea.
Pero resumir un juego tan faraónico como Skyrim en unas pocas palabras se nos antoja imposible, sobre todo cuando ofrece tantas ideas interesantes y mecánicas que lo acercan al videojuego original sin perder su identidad de juego de mesa. Hoy queremos repasar algunos de los aspectos que más nos gustan de esta nueva propuesta de Modiphius.
Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que Skyrim: el juego de aventuras es un juego cooperativo. Cada jugador seguirá su propia línea argumental, que se unirá con la del resto de jugadores al final de cada capítulo, cuando sus tramas se entretejan en un final épico para todo el grupo. Mucho cuidado, porque habrá veces en que los personajes, aunque tengan el mismo objetivo general, se encuentren en bandos opuestos de una lucha y puedan interferir entre sí a medida que avanzan.
El tablero de juego representa la provincia de Skyrim. Los jugadores mueven a sus personajes por la región, visitando capitales, explorando mazmorras y conociendo a personajes interesantes a medida que se desarrolla la historia. Pero no estarán solos; también aparecerán monstruos errantes que bloquean los caminos y amenazan la paz en Skyrim. Varios efectos del juego podrían provocar la caída de una capital, por lo que los jugadores deben vigilar el estado de cada una de ellas y los peligros activos en todo el tablero.
En Skyrim no hay clases. Cada personaje tiene una habilidad innata inicial diferente y habilidades adicionales que se van desbloqueando a medida que avanza la partida, pero eso no significa que estén atados a un estilo de juego. Por ejemplo, aunque los nórdicos brillan cuando se desarrollan centrándose en las habilidades y el equipo del guerrero, un jugador puede decidir que su nórdico sea un hechicero o un invocador, y aun así volver a entrenarse a mitad del juego tras encontrar una espada increíble que realmente quiere usar. Los jugadores pueden cambiar su ruta de progresión a mitad del juego y disfrutar de muchos estilos de juego diferentes.
Al igual que en el videojuego original, el equipo que pueden usar nuestros personajes también tiene será importante a la hora de cumplir con nuestros objetivos. Hay muchos objetos equipables: armas, armaduras, baratijas, etc. La mayoría de estos objetos se pueden personalizar, ya sea encantándolos o mejorándolos en una capital. Además, cuando se juega en grupo, un jugador puede especializar a su personaje en Encantamiento o Herrería y mejorar los objetos de todos sus aliados.
Un juego de Skyrim no estaría completo sin misiones. Los jugadores sortean misiones principales -las que hacen avanzar la narración- y misiones personales -historias secundarias que se obtienen explorando la inmensidad de la provincia de Skyrim-. Al completarlas o fallarlas, la historia avanza. Además, muchas de estas misiones dan a los jugadores la posibilidad de elegir al final. Esta elección encadena la misión con una nueva, creando una historia ramificada que cambia cada vez que se juega.
Más de una (y de dos) de esas misiones nos llevarán a visitar las mazmorras que tantas veces hemos explorado en juegos de la saga Elder Scrolls. Estas mazmorras se construyen con cartas, cada una de las cuales representa una amenaza importante en esa zona de la mazmorra. Ah, y al igual que en el juego original, a medida que los personajes suben de nivel, los adversarios de nivel inferior son descartados, escalando la dificultad de las mazmorras junto con el nivel del jugador.
En definitiva, Skyrim: el juego de aventuras ofrecerá a los jugadores decenas y decenas de horas de aventura explorando el mundo del juego… ¡Estamos deseando que lo probéis!